Muchas proteínas entran en el llamado estado amiloide, en el que forman fibras alargadas, con espinas formadas por láminas β de muchas hebras (polímeros de estas fibras). La definición operativa de amiloide, que ha sido adoptada por la comunidad de patólogos, es:

1). Que las fibras no están ramificadas.
2). Normalmente son extracelulares.
3). Se encuentran in vivo.
4). Las fibras se unen al colorante Congo Red y luego muestran una birrefringencia verde cuando se observan entre polarizadores cruzados (Sipe et al., 2010).

Según esta definición, se han identificado más de 25 proteínas formadoras de amiloide y se han asociado con enfermedades graves, incluido el péptido amiloide-β (Aβ) con la enfermedad de Alzheimer (EA), el polipéptido amiloide de los islotes (IAPP) con diabetes tipo 2 y la proteína priónica (PrP) con las encefalopatías espongiformes. (1)

La amiloidosis es una enfermedad poco común caracterizada por el depósito en diversos órganos y tejidos de estas proteínas amiloides. Debido al aumento del peso molecular derivado de la polimerización las proteínas se precipitan y se acumulan, interfiriendo con las funciones normales de los órganos y tejidos en que esto ocurre.

Existen cinco formas diferentes de amiloidosis:

– Amiloidosis AA: conocida también como Amiloidosis secundaria. Suele ser desencadenada por enfermedades inflamatorias, como la – Artritis Reumatoide.
– Amiloidosis Hereditaria o Familiar (ATTR): trastorno hereditario suscitado por la producción de la proteína hepática de transtiretina (TTR) en una configuración anormal.
– Amiloidosis salvaje (ATTRwt): antes conocida como Amiloidosis sistémica senil, suele afectar a los hombres de más de 70 años y comprometer al corazón. En este tipo la TTR es normal, pero en puede formar depósitos paulatinos en el músculo cardíaco para finalmente afectar el funcionamiento cardiaco en edades avanzadas (>65 años).

Puede ser la responsable del síndrome del túnel carpiano suscitado a edades avanzadas.

Cuando el TTR (trastorno por producción de la proteína hepática de transtiretina) es normal tiene mayor capacidad, manera y cantidad para formar depósitos en órganos. Y cuando el TTR es amiloide tiene capacidad de hacerlo de forma más localizada, es decir, al músculo cardíaco y con mejor pronóstico.

– Amiloidosis Localizada: se suele limitar a la vejiga, la piel, la garganta o los pulmones y suele tener mejor pronóstico.
– Amiloidosis AL: conocida también como Amiloidosis primaria o Amiloidosis de Cadenas Ligeras de inmunoglobulinas (AL), es el tipo más común de amiloidosis en países desarrollados.

En este artículo nos centraremos específicamente en este último tipo de Amiloidosis.

Debido a los diferentes tipos y a la amplia variedad de proteínas causantes, es muy importante conocer el tipo exacto de proteína que causa la enfermedad, siendo las más comunes la ATTR y las Cadenas Ligeras.

¿Qué son las cadenas ligeras?

Son piezas estructurales de los anticuerpos producidos por células blancas, específicamente las células plasmáticas en la médula ósea.

En la AL, las cadenas ligeras son producidas de forma exacerbada por un grupo de células plasmáticas; estas cadenas se doblan de forma irregular y forman fibrillas amiloides que finalmente se depositarán en el estómago, intestino grueso, hígado, nervios, piel y más comúnmente en el corazón y los riñones.

Dependiendo del órgano en que se depositen puede causar diferentes signos y síntomas.

¿Cómo se diagnostica?

Se pueden realizar una amplia variedad de pruebas para diagnosticar la amiloidosis, sin embargo, existe un algoritmo más preciso para guiar este proceso.

Iniciando con:

1. Una evaluación de la historia clínica y exploración física completas
2. Parámetros analíticos: hemograma, creatinina, calcemia, albúmina, bilirrubina, ALP, LDH, β2-microglobulina, vitamina B12 y factor X; Cadenas Ligeras libres en suero; proteinuria de 24 horas, uroproteinograma e inmunofijación; troponinas y péptidos natriuréticos.
3. Biopsia demostrativa del depósito amiloide (tinción de rojo Congo); tipificación inmunohistoquímica del depósito tisular (cadenas ligeras de Ig, ATTR, proteína A, β2-microglobulina)
4. Estudios de extensión como radiografía de tórax, ECG, ECO, entre otros varios, específicos a los órganos afectados.

Como se puede observar, el diagnóstico se basa en la demostración del depósito amiloide en las biopsias mediante la coloración rojo Congo positiva y el estudio de cadenas ligeras kappa y lambda, proteína A, transtiretina (prealbúmina) y β2-microglobulina; siendo que la AL será identificada al aparecer positiva la identificación de alguna de las cadenas ligeras de inmunoglobulinas.

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Referencias:

1. Eisenberg D, Jucker M. The amyloid state of proteins in human diseases. Cell. 2012;148(6):1188-1203. doi:10.1016/j.cell.2012.02.022.
2. https://my.clevelandclinic.org/health/diseases/15718-amyloidosis-al-amyloid-light-chain
3. M.ª Teresa Cibeira, Joan Bladé. Amiloidosis primaria: diagnóstico, pronóstico y tratamiento. 2011; 96 (Extra 1). Institut de Malalties Hemato-Oncològiques. Servei d’Hematologia. Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS). Hospital Clínic. Barcelona.