Pandemia Global de Influenza 2018 – 2019

Cuatro Pandemias de Influenza, empezando por la pandemia histórica de 1918, han terminado con la vida de miles de personas alrededor del mundo. La vacunación, sigue siendo el más importante medio para prevenir influenza, se recomienda anualmente para toda la población mayor de 6 meses, con una meta de vacunación del 80% de la población y 90% de la población de alto riesgo. Los inhibidores de la neuraminidasa se usan muy poco, y un nuevo fármaco con un mecanismo diferente de acción llamado baloxavir marboxil, espera sea aprobado pronto en los Estados Unidos.

La Influenza C existe pero es rara.

La Influenza A y B representan casi todas las visitas ambulatorias y hospitalizaciones. La influenza C representa apenas el 0.5% de los casos, particularmente afectando a niños de 6 a 24 meses. La comorbilidad medica y co-patógenos se detectaron en todos los pacientes que requerían cuidados intensivos y en la mayoría de las hospitalizaciones. Pruebas de Diagnóstico para Influenza C no están comúnmente disponibles.

La obesidad es un riesgo alto de influenza.

La obesidad se convirtió en un factor de riesgo severo de Influenza en la pandemia 2009. Datos recientes también muestran que la obesidad aumenta la duración de la presencia de la Influenza, de tal modo se incrementa la duración del contagio.

La influenza como un riesgo cardiovascular.

Dos estudios epidemiológicos desde el Reino Unido mostraron que la influenza es un factor de riesgo para eventos cardiovasculares, al mostrar que la presencia de Influenza confirmada por laboratorio, esta asociada con mayores índices de infracción al miocardio e infarto por hasta 4 semanas.

¿Cuál cepa es la mayor amenaza?

Predecir cuál serotipo sería la mayor amenaza de Influenza es difícil pero la Influenza A (H7N9) que no ha infectado humanos hasta 2013 pero desde entonces ha infectado alrededor de 1,600 personas en China y acabado con la vida de 37% de ellos, aparenta tener el mayor potencial. Los programas de vigilancia de Influenza y las aplicaciones de redes sociales anti-influenza que se han desarrollado pueden ser una ayuda de la tecnología.

Fuente: Cleveland Clinic Journal of Medicine – Influenza update 2018–2019: 100 years after the great pandemic.