La Química Clínica es una disciplina que ha tenido un papel fundamental en la medicina moderna. Se enfoca en el análisis de los componentes químicos presentes en el cuerpo humano y su relación con las enfermedades. La Química Clínica es esencial en el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades, y ha permitido el avance en la atención médica.
Entre algunos de los componentes importantes de la Química Clínica se encuentran: la química Sanguínea, la hematología, el uroanálisis y las proteínas séricas.
Química sanguínea: Se enfoca en el análisis de los componentes químicos presentes en la sangre, como los electrolitos, el azúcar en la sangre, los lípidos, las proteínas y otros productos químicos que pueden indicar la presencia de enfermedades o problemas de salud. Se realiza a menudo como parte de un examen de rutina para detectar posibles problemas de salud. Además, también se utiliza para controlar a pacientes con enfermedades crónicas, como la diabetes, así como evaluar la función hepática y renal. También puede ser útil en el diagnóstico de enfermedades infecciosas, como la hepatitis y el VIH.
Hematología: Se enfoca en el análisis de los componentes celulares de la sangre, como los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. La Hematología se utiliza para diagnosticar y controlar enfermedades que afectan la producción de células sanguíneas, como la anemia y la leucemia. Además, también se utiliza para monitorear la efectividad del tratamiento en pacientes con enfermedades como el cáncer y para evaluar el riesgo de sangrado en pacientes con trastornos de la coagulación.
Uroanálisis: es otra rama importante de la Química Clínica, la cual se enfoca en el análisis químico de la orina. Esta prueba se utiliza para detectar la presencia de enfermedades o problemas de salud, como infecciones del tracto urinario, enfermedad renal y diabetes. También se utiliza para monitorear la efectividad del tratamiento en pacientes con enfermedades renales y para evaluar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Proteínas Séricas: Estas proteínas se encuentran presentes en la sangre y pueden indicar la presencia de enfermedades o problemas de salud. Las pruebas de Proteínas Séricas se utilizan para diagnosticar y controlar enfermedades como la artritis reumatoide, la enfermedad de Alzheimer y el cáncer. Además, también pueden ayudar a identificar problemas con el sistema inmunológico y a monitorear la respuesta del cuerpo al tratamiento de enfermedades autoinmunitarias.